jueves, septiembre 08, 2005

camino, vuelvo.

La distorción que haces de mi persona no sirve para amoldarla a tus intereses.
En aquella vereda encuentro restos de una soledad calmada con un abrazo que refleja el amanecer, ocultando mis prejuicios y rencores acerca de un amor casual. Atenete a las consecuencias de tu mirada y no intentes cambiar el rumbo de tus ojos. Un error supone la descomposicion de mis verdades. Irrepetible salgo a buscarte y simplemente te deshaces de mi como un monticulo de responsabilidades, escudandote en palabras que me canso de escuchar y que mis oidos le repiten a mi conciencia cada vez que pienso en vos. Ese individuo rie, hace chistes acerca de mi. ¡Su humor es tan hermoso! y sus delicados dedos acarician su propia cara para intentar esquivar mi mirada sabiendo que se que su alegria se debe a mi y a mis copas de mas. Si hablo es porque puedo hacerlo. Mi capacidad existe (gracias por eso) y si deshinibidamente digo verdades que tocan tu estructurada libertad, no juzgues sin razon mi corazon. Se distorcionó con gotas que surgian de aquellos embriagantes vasos, pero jamas mi sentimiento mutó lo suficiente como para dejar de ser realidad. Camino, vuelvo. En aquella vereda encuentro restos de esa soledad que fue recorrida con tus labios destituyendo de mi pensamiento a aquellos pies descalzos que opacaban la oscuridad para dejarle todo el trabajo al amanecer mientras tus manos dejaban atras mi picarezca sonrisa para convertirse en una mirada. Vos y yo, una mirada.